Su presencia hace posible desde las arenas blancas, hasta las aguas cristalinas de las playas del Mediterráneo. Pero la posidonia sigue en peligro, aunque hoy lo está un poco menos: tras tres años de espera, el Gobierno balear ha aprobado un decreto autonómico por el que protegerá sus 650 km2 de bosque de posidonia.
Lo hizo justo cuando nuestro barco Esperanza navegaba las aguas de Ibiza y Formentera para denunciar, entre otros peligros, la presencia de barcos fondeados sobre esta especie única. Es como aparcar un tráiler en medio de un prado protegido de los Picos de Europa. A nadie se le ocurre, ¿verdad? Pues hemos recibido más de 100 incidencias en el primer muestreo social de amenazas a la posidonia.
Aunque celebramos las buenas noticias, hay que recordar que estamos en plena temporada alta, con afluencia masiva de yates recreativos en nuestras costas, por lo que la aplicación del Decreto de la Posidonia tiene que ser inminente. Además, otras comunidades autónomas y países del Mediterráneo tienen que replicar esta iniciativa si queremos proteger y salvaguardar esta joya del Mediterráneo de los peligros a los que está sometida.
